M como Mulackai


Ich leb, und waiß nit wie lang,
Ich stirb und waiß nit wann,
Ich far und waiß nit, wohin,
Mich wundert, das ich so froelich bin.
Grabspruch des Magister Martinus von Biberach zu Heilbronn, gestorben 1498.

Yo vivo, y no sé cuánto tiempo,
Me muero y no sé cuándo,
Yo conduzco y no sé hacia dónde,
Me sorprende de que yo soy tan feliz.
Sentencia de tumba del Magistro Martínus de Biberach zu Heilbronn, muerto en 1498


Mulackei- Robinsonadas de un viernes negro.
- org.: Robinsonaden eines schwarzen Freitags -
RATTEN 07, Berlin 1993


J.K.D.

Anna Scheer y Detlev

Sisyphos
Jumbo
Sarah
Detlev
Hunni

Andy
Anna Scheer, actores, vecinos y espectadores en la Mulackstrasse durante la obra.
Fotos: Ute Mahler

Mulackei- Robinsonadas de un viernes negro.
La obra cuenta del Ser varado. De los eternas viajes de forasteros, desterrados y refugiados, con los sin techo como los Robinson Crusoe del presente. La actriz australiana Anna Scheer lleva la caravana del público, acompañada por la idisch fiddel de Rachel, como una especie de guía por la Mulackstrasse: la legendaria calle del Scheunenviertel, que fuera un vitalísimo barrio judío hasta que los nazis tomaron el poder.
Mulackei es un viaje de estaciones, durante el cual los RATTEN aparecen: entre los escombros, en tachos basura y hasta en las copas de los árboles. En patios traseros y en ventanas de casas y bares. Los “lúmpenes”, la puta, el recolector de hierro y de cachivaches, los cartoneros, la chica que vende fósforos, el choripanero, el sabio del barrio...Hasta que algún poder de turno llega para poner "orden" y reprime; y saca a la gente de la calle, empujando a los protagonistas y a los espectadores adentro de un depósito.
Así, el Barrio de la Mulackei que en las décadas de los diez y veinte había sido un lugar emblemático de refugio para los inmigrantes judíos del Este
-pero también para los ladrones y los fiolos, los artistas, anarquistas y jugadores- es la pista de despegue, con su historia a cuestas, para una interpelación sobre la “Heimat- und Ortlosigkeit”, que en castellano es algo así como el “Estar-Sin-Patria”, el “Sin-Lugar del aquí y ahora”. Y a propósito de ése concepto, se plantea al teatro como una isla en el espacio y el tiempo, donde fugazmente se vislumbra la sensación de hogar e identidad.

El teatro de los RATTEN en la Mulackstrasse 22, es un refugio-asilo-bunker. La isla de los Robinsons. De los refugiados de ahora. Un dato: al mismo tiempo que se trabaja en la obra, ése es el lugar en el que realmente viven –temporariamente-- los integrantes del grupo sin casa RATTEN. Allí duermen, comen, beben, ensayan y estrenan.


Afiche publicitario de Benetton 1993
El montaje dramatúrgico de Mulackei combina materiales documentales, históricos y biográficos, tales como textos literarios (por ejemplo, motivos de Robinson Crusoe de Daniel Defoe y otros autores). También adaptamos secuencias del Fausto de Goethe y usamos fragmentos de La Tempestad de William Shakespeare para 'el teatro dentro del teatro' como materia clásica, con lo cuales los varados se ponen a prueba y experimentan. Jugando --el juego y la ilusión teatral que parece curar una herida, o recuperar una identidad-- los RATTEN viven un "instante feliz" que termina con el arribo del barco de refugiados albaneses a la isla-refugio del teatro. Los nuevos náufragos llegan hacinados bajo la bandera de Benetton y sus “united colors”. El éxodo, la miseria de los Robinsons continúa y vende.