- Contribución a la securidad nacional - 1998-1999
Adaptación basada en la novella Berlin Alexanderplatz de Alfred Döblin y entrevistas con prisoneros por Hans Joachim Neubauer.
Lo conceptualizamos como un un proyecto en dos partes, como puesta en escena en los dos escenarios de la novela: la estación Alexanderplatz y la prisón de Tegel. Un lugar apunta al otro: la carcel hacia la ciudad, cuyo famoso centro literario, y viceversa.




Otro ejemplo: La instalación permanente en un túnel subterráneo, combina voces, sonidos de la cárcel, con pequenas secuencias de un radioteatro.


-Recién después arranca la verdadera pena y tenés que rebobinar el tiempo. A éso justamente te tenés que exponer.
-Que hago, que hago, cuando me encuentro con mi juez?
-Simplemente seguir corriendo. Cada uno hace sus cosas. Simplemente seguir corriendo.
"Vaya vaya, la libertad, vaya". Los espectadores tiene que salir. Atrás de ellos la guardia cierre las rejas.
Fotos: Thomas Aurin
La prisión como escuela para ver
´Quien viene de la ciudad-cárcel Tegel, a Alexanderplatz, ve distinto y con otros ojos: la gran plaza, la nueva estación de trenes, las puertas automáticas; uniformados detrás del mostrador, los reglamentos de la empresa Trenes Alemanes, los boxes donde se guardan las valijas, los relojes que marcan los tickets, los guardias de servicio con y sin perro, las cámaras de vigilancia, las senales, los carteles de prohibición, la piedra lisa de los andenes, los azulejos y corredores del subte... Quien viene de Tegel escucha con otros oídos: el ruido sordo de las puertas que se cierran, el son de los pasos en los largos pasillos, el murmullo ronco de muchas voces, los llamados de los parlantes. Quien viene de Tegel, tiene atrás una escuela de percepción: ha aprendido y se asombra. Qué bien funciona todo acá afuera! Vivir abajo de la bandera verde del shopping ´Kaufhof´. Caras, personajes pasando, o en la noche aislados en el medio del vacío de la plaza. Quién de los transeúntes hace click, y quién es una bomba a punto de estallar?. Entre todos los empleados de limpieza que asean día y noche la estación –los banos se llaman McClean--, el transeúnte se siente él mismo como si fuera la mugre. Y todo es muy tranquilo, muy civilizado acá. También Tegel es tranquilo habitualmente, aunque no se muevan las escaleras mecánicas, ni tampoco brillen las luces de las tiendas, ni de los banos. Casi siempre Tegel es una ciudad muy moderna, cuyo principio es el funcionamiento perfecto de los procedimientos diarios. A diferencia de Alexanderplatz, la cárcel ubicada en el medio de pequenos jardines en el norte berlinés, no es pública. No pertenece, no obstante al espacio público de la ciudad? Es un lugar cerrado que esconde algo y hace desaparecer. Quien viene de Tegel a Alexanderplatz gira la mirada de lo escondido hacia otra direccion. De pronto la superficie plana de la ciudad conocida llega a tener su secreto. Qué nos espera del otro lado?...
La prisión encarna utopías: a quienes están adentro les promete un afuera más allá de sus muros, pero a los que están afuera les promete seguridad interna. Qué sería lo de afuera sin lo de adentro?' (Roland Brus, 1998. Tegel-Alexanderplatz, fragmento del catálogo)
"For inmates of a prison, the city is probably more “real” than for the rest of its
Brus’s work was really testing the limits of what theatre in non-theatrical space has
PAJ: A Journal of Performance and Art - PAJ 65 (Volume 22, Number 2), May 2000